Autor:

Rev. Normal Holmes

Introducción

Estudiar la historia de la Iglesia puede revelarnos muchos tesoros y misterios del reino de Dios. En los casi dos mil años desde que Cristo declaró “edificaré mi iglesia”, una admirable colección de eventos anuncian el glorioso cumplimiento de dicha profecía. Desde los cuatro puntos cardinales del mundo moderno, volviendo las páginas hacia los tiempos antiguos, la historia de la Iglesia registra las riquezas de la sabiduría, el poder y el amor de Dios que han sido manifestados al mundo. Los cristianos hacen bien al pasar mucho tiempo estudiando en el Antiguo Testamento acerca de cómo Dios obró con Su pueblo, Israel. Sin embargo, hoy la historia de la Iglesia nos muestra lo que Dios ha hecho por medio de Su pueblo en tiempos recientes y a través del mejor pacto sellado con la sangre de Cristo. Y mientras que el Antiguo Testamento se enfocó en lo que Dios hizo en una sola nación, ¡ahora podemos ver lo que Él está haciendo en todas las naciones del mundo! Cuando consideramos la importancia de la historia de la Iglesia podemos preguntarnos por qué la mayoría de los cristianos tienen una comprensión tan vaga acerca del tema. La razón principal por la cual la mayoría de los cristianos no estudian más acerca de la historia de la Iglesia, es que se confunden por las diversas formas en las que las personas tratan de explicarla. ¿Cómo podemos comprender claramente el significado y progreso de la historia de la Iglesia? Hay muchísimos factores e historias disponibles, ¿cómo pueden simplificarse poniéndolos en una estructura comprensible? Mientras algunos períodos del progreso y crecimiento de la Iglesia son reconocidos fácilmente por la mayoría de los historiadores, aun estos con frecuencia son interpretados al contrario. A causa de esta confusión, el cristiano promedio a menudo ha descuidado el tratar de entender la historia de la Iglesia. Es más fácil leer acerca de Israel en el Antiguo Testamento o del inicio de la Iglesia en el libro de los Hechos, debido a que el testimonio autoritario de la Biblia hace que estas áreas de la historia sean más fáciles de entender. Aun los historiadores más sabios de la Iglesia son obstaculizados por sus debilidades humanas y sus perspectivas denominacionales. Usualmente esto hace que ellos piensen que la Iglesia está progresando para encontrar su mayor cumplimiento en su propia denominación. Sin embargo, estas perspectivas humanas limitan al historiador de la Iglesia de ver la importancia de todo lo demás que nuestro Señor está haciendo a través del cuerpo de Cristo en todo el mundo. ¿Y qué sucede si los miembros de una denominación o movimiento han llevado la antorcha del testimonio de Cristo más allá de lo que su propio grupo ha obtenido como un todo? Estos precursores que podrían haber iniciado nuevos avivamientos, movimientos o denominaciones, frecuentemente son descartados como desequilibrados o engañados, y como de poco valor para el progreso de la historia de la Iglesia.

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